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 CONFERENCIA DEL JEFE DE GOBIERNO DE AUSTRIA EN EL CLUB EUROPEO

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 “OPORTUNIDADES ECONÓMICAS Y TECNOLÓGICAS DEL CAMBIO CLIMÁTICO”
9.5.2008, CLUB EUROPEO

Señor Presidente del Club Europeo:

Ante todo, muchas felicidades por el quinto aniversario del Club Europeo, una institución dinámica que crece día a día. Así me dicen los que saben. ¡Les deseo que continúen así!

Para mí como Jefe de Gobierno de un país europeo, es un gran placer hablarles precisamente en el día del "cumpleaños".

Estimadas Señoras y Señores:
Austria y Sudamérica están separadas por una distancia de miles de kilómetros. Se podría pensar que esa distancia basta para convertir a sus respectivos problemas en problemas locales. En la realidad, sin embargo, experimentamos un dramático cambio global. De hecho, el clima global no reconoce fronteras nacionales. La Corriente del Niño encuentra su correlato en el dramático derretimiento de los glaciares en los Alpes europeos. Sin embargo, cualquier medida local destinada a proteger nuestros glaciares sólo podrá tener éxito en la medida en que todos los demás países realicen un aporte destinado a prevenir el cambio climático. El desafío que enfrentamos actualmente supera las posibilidades de los Estados nacionales. En cambio, podremos tener éxito si actúa acompasadamente el conjunto de las naciones. Aún así, todos debemos tener en claro que el cambio climático no es una fantasía que tan sólo podría haber generado un escritor de tanto talento e imaginación como Jorge Luis Borges. Se trata de una realidad y la lucha contra este fenómeno no debe verse obstaculizada ni por la burocracia ni por los grandes grupos económicos internacionales y sus intereses particulares. Son nuevamente Jorge Luis Borges, pero también Franz Kafka, quienes deben servirnos de ejemplo y que como intelectuales nos advierten del peligro en ciernes.

Debemos actuar y debemos hacerlo juntos. Compete a la clase política crear las condiciones generales y sancionar las normas. La inacción no es una opción. Las consecuencias económicas, sociales y ecológicas de una actitud expectante, incluso de una pequeña siesta en la búsqueda de soluciones, serían fatales. Depende de nosotros, de los políticos elaborar las condiciones generales necesarias dentro de las cuales la economía y la tecnología pueden reaccionar ante el cambio climático.

Un factor clave es una intensa tarea de investigación e inversión en el área de los recursos energéticos renovables. Debemos dejar atrás la era de los combustibles fósiles en beneficio propio, pero también para bien del medio ambiente. Ya no basta con mejorar la gestión energética e implementar tecnologías energéticas eficientes.  De hecho, el agotamiento definitivo de las reservas de combustibles fósiles es tan sólo una cuestión de tiempo. Paralelamente aumenta de manera vertiginosa el consumo en razón de la irrupción de las nuevas economías emergentes. Resulta absurdo agotar los esfuerzos en reclamar menos crecimiento. Debemos desarrollar alternativas que permitan una gestión sustentable de los recursos naturales de nuestro planeta. De modo que hablamos de dos desafíos adicionales para la política además del ecológico, que constituye un tercer desafío. Si no actuamos ahora, nos enfrentaremos a una crisis distributiva y de precios. Como austriaco pragmático que soy, abogo por la vía de lo evolutivo, esto es por la tercera vía.

En tal sentido me dirijo tanto al empresario como al político, pues para estas crisis naturalmente existen alternativas, alternativas que ya han sido abordadas. Sólo hace falta recoger estas ideas e innovaciones. Cuanta razón tiene Borges cuando dice: tan cerca y tan lejos.

Efectivamente, incluir el cambio climático en la estrategia corporativa también redunda en una ventaja para las empresas, los inversores, propietarios y empleados en forma de productos y servicios innovadores. El costo derivado de la inacción implicaría una retracción de entre un 5 % y un 20 % del PBI mundial y significaría un daño exorbitante para la economía mundial. Año tras año aumenta también la competencia por las fuentes energéticas. En estas condiciones buscar formas de incrementar, la eficiencia energética y el uso de los recursos renovables, pueden ser inversiones rentables.

Pero hay que pensar más allá de la coyuntura presente. Protocolo de Kyoto fue un primer paso decisivo en la dirección correcta. Pero no estaríamos bien aconsejados si quisiéramos descansar sobre lo alcanzado. Mi respuesta son las tecnologías energéticas innovadoras. Estas nuevas tecnologías deben utilizarse allí, donde se genera energía, es decir en las usinas. Hablo entonces de tecnologías mejoradas para el uso de fuentes de energía renovables como el agua, el sol, la geotermia, el viento o la biomasa.
A su vez necesitamos innovaciones en el uso de la energía, vale decir concretamente más eficiencia energética en aparatos, vehículos y edificios. Para los consumidores el cálculo suele ser simple. Cuanto más elevado sea el precio de la energía, tanto mayor será su predisposición a usar productos que ahorren energía. Por lo tanto, tendrá éxito quien ofrezca la solución adecuada a un precio aceptable para el mercado. Condición básica para la conversión del sector es que el sector energético e industrial cuente con condiciones confiables y competitivas para sus inversiones. Se trata aquí de imponer abiertamente la primacía de la política en el mercado y asegurar el imperio de la sensatez. Por otro lado, los consumidores necesitan soluciones de bajo costo y condiciones generales confiables y transparentes que les permitan tomar adecuadas decisiones de consumo e inversión.

La Unión Europea ha comprendido las señales de nuestros tiempos y ha reaccionado fijando varios objetivos, ciertamente ambiciosos. -La UE y sus Estados miembros se han comprometido por su cuenta a reducir sus emisiones de gases invernadero hasta el año 2020 en un 20% respecto de 1990. Por otra parte, el porcentaje de las energías renovables se fija en el 20% del mix energético total de la UE hasta 2020. La eficiencia energética también deberá incrementarse en un 20% para 2020. Ponemos especial énfasis en no esperar hasta el último día con la implementación de estas medidas, porque como todos sabemos, de nada nos valdrá el arrepentimiento el último día.
Todas estas medidas, que obedecen a una firme voluntad política sirven de catalizadores para la modernización de la economía europea. Defendemos esta ingerencia en el mercado que entendemos como un instrumento para el mejor funcionamiento del mismo. El mercado debe estar al servicio del hombre y no a la inversa. Con el paquete de medidas elaboradas en las áreas de clima y energía, Europa inicia la transición hacia un sistema energético sustentable y una nueva cultura en la relación con la energía y el clima. Está claro que esta transición demandará tiempo, esfuerzos, inversiones y cooperación. Simultáneamente, las medidas adoptadas abren múltiples posibilidades para la economía europea: surgirán nuevas áreas de negocios, nuevos mercados para productos y tecnologías innovadoras. En la medida en que las empresas aprovechen estas oportunidades, podrán crearse miles de nuevos puestos de trabajo.

Las nuevas tecnologías siempre aportan ventajas competitivas. Las innovaciones en materia de medio ambiente y energía no sólo crean oportunidades de crecimiento y trabajo, también nos brindan la oportunidad de deshacer el círculo vicioso entre crecimiento económico, consumo de recursos naturales y contaminación ambiental. Quiero mencionar algunas cifras concretas. En la actualidad, las tecnologías ambientales se han convertido en una importante rama de la economía europea. En 2004 unas 3.500.000 personas trabajaban en este sector en la UE. La industria ambiental europea alcanzó en 2004 una facturación de 216 mil millones de euros, totalizando un 2,1% del PBI europeo. También Austria logró aprovechar con éxito este nuevo desafío industrial. Ustedes comprenderán que como Jefe de Gobierno deseo promocionar nuestros logros ante el público presente. Arnold Schwarzenegger o Mozart no son nuestros únicos productos de exportación.

¿Sabían, por ejemplo, que la tecnología de bombas térmicas se basa en una patente austriaca? Y eso no es todo. También en materia de energía térmica solar, fotovoltaica, hidráulica o eólica las empresas austriacas han generado un know how importante. Actualmente, en Austria las fuentes de energía renovables cubren cerca del 23% del consumo de energía total. Aproximadamente la mitad corresponde a bioenergía y el restante 50% a energía hidráulica. Cerca del 35% de todas las bombas térmicas fabricadas en Austria se exportan. En el rubro de la energía fotovoltaica las exportaciones se ubican en un 95%.

Medido en términos del PBI, Austria se ubica en segundo lugar en Europa, detrás de Dinamarca en cuanto a inversiones en el área ambiental. En 2003, el rubro de las tecnologías de energías renovables facturó 2.000 millones de euros, dando trabajo a unas 20.000 personas. Esto implica un aporte de más de 1% al PBI nominal.

Un aspecto importante es la cooperación entre el sector privado y el sector público, sin que ello derive en la constitución de un cártel, lo que sería problemático. Más bien la cooperación debería responder a un espíritu de New Ecologic Deal. Pero para que la industria pueda desplegar todas sus posibilidades, el sector público debe generar incentivos, en especial de orden financiero.
Por tal razón, la UE ha incorporado al cambio- climático como tema central en su programa marco de investigación. En Austria hemos creado un Fondo nacional para el clima.

Así como queremos que las empresas se involucren, también será necesario que la comunidad internacional actúe con responsabilidad. Necesitamos un acuerdo internacional para la protección del clima que cubra todos los diferentes aspectos. Necesitamos un acuerdo post Kyoto, que se comprometa con la política global para el clima, y que obligue a todos, y realmente me refiero a TODOS.

Me satisface en particular saber que, a diferencia de otros Estados del hemisferio occidental, los países de Latinoamérica asumen su responsabilidad en temas ambientales. Con el Mecanismo de Desarrollo Limpio (CDM) demostramos que puede funcionar. Proyectos de esta índole existen también en Austria — aprovecho nuevamente la oportunidad de actuar como promotor de mi país. Los proyectos CDM en países latinoamericanos constituyen un 5% del programa CDM austriaco. Desearía que se realizaran muchos proyectos más de este tipo, al igual que una cooperación más intensa, principalmente entre nuestros dos países, Argentina y Austria. Como Jefe de Gobierno de Austria haré los mayores esfuerzos por fomentar esta cooperación.

Señoras y Señores, las oportunidades también encierran riesgos, a los cuales deseo referirme brevemente. Si no se cuenta con un concepto ecológico integral puede resultar contraproducente tratar de hacer algunos ajustes aislados. Un ejemplo clásico es el tema del biocombustible. Según la OCDE y el Banco Mundial, el incremento drástico de los precios de alimentos y la agitación social que genera, no sólo se debe a la creciente demanda en países como India y China. También es responsable el uso de maíz transformado, cebada, azúcar o aceite vegetal como alternativa para los recursos energéticos fósiles. Es decir que las estrategias adoptadas pueden demostrar no ser sustentables, tanto en sentido social como ecológico. Será necesario avanzar un paso más para obtener el biocombustible de los desechos vegetales, en lugar de extraerlos de alimentos de alto valor. Y quiero destacar nuevamente que una estrategia sólo puede ser ecológicamente sustentable, si lo es también socialmente.
Una política energética y climática integral ofrece respuestas al cambio climático y lo interpreta como oportunidad, como oportunidad para atraer a la industria y la inversión: una oportunidad para Austria, para Europa, para Argentina. En tal sentido, espero que la cumbre entre América Latina y el Caribe y la Unión Europea que tendrá lugar la semana próxima en Lima, y uno de cuyos temas centrales es el cambio climático, aporte resultados concretos y produzca una clara reafirmación de la cooperación internacional.

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